Fragmento de Protocolos de Contacto, libro de Ricardo González Corpancho.
Segunda edición corregida y aumentada, Tesseractum Editorial, 2022.
Crédito de imagen: rampages.us
Aunque hay muchos mecanismos de contacto a nivel mental con estos seres, podría resumir en tres las principales vías de conexión:
1. Vía telepática. Es cuando el receptor recibe información, sensaciones o imágenes por la referida vía mental. Este tipo de contacto es el más frecuente y puede ser espontáneo o establecido en una sesión programada de contacto, es decir, un enlace buscado.
2. Vía psicográfica. En este escenario, la comunicación telepática es acompañada por el fenómeno de la escritura automática, una poderosa sensación de escribir lo que la mente va decodificando, como lo habría hecho el ya citado Parravicini. Habitualmente, se observan dos variables en este tipo de comunicación: la recepción pasiva y la consciente. La primera es un evento más común en el mediumnismo, en donde el canal escribe el mensaje —enviado por una presunta entidad espiritual— como un simple espectador, como si alguien hubiese tomado el lápiz y no fuese él quien se halla escribiendo; y la variable consciente, que a mi entender es la vía natural en comunicaciones psicográficas de origen extraterrestre. En este caso, el canal, aun sintiendo la fuerza de la recepción y de cuanto escribe, se encuentra completamente lúcido y atento a la experiencia, hasta el punto de poder interrumpir voluntariamente la escritura si así lo decide.
3. Vía de canalización. Este asunto requerirá unas líneas más por su complejidad y la enorme confusión que reina al respecto. El término proviene de la palabra inglesa channeling (canalizando). Fue utilizado originalmente por referentes del movimiento de la Nueva Era en los Estados Unidos, entre ellos, la famosa actriz y ganadora del Oscar Shirley McLaine, quien usó esa palabra para describir sus experiencias, descritas en el libro Out on a Limb (“Salir en una extremidad”)1. En 1987, la cadena ABC hizo una miniserie basada en este libro y el fenómeno de la canalización explotó. Sin embargo, todo esto tenía importantes antecedentes, como las canalizaciones de la también estadounidense Dorothy Jane Roberts, autora con Robert Butts del Seth Material 2, un compendio de mensajes recibidos por Roberts entre 1963 y 1984. Roberts era, a todas luces, una médium capaz de comunicarse con entidades no corpóreas, como suele suceder en el espiritismo. Y he allí parte de la confusión, pues, actualmente, se usa indiscriminadamente el término channeling para enmascarar prácticas espiritistas en donde una entidad toma el cuerpo y la consciencia del receptor. Seré claro: en la experiencia de contacto extraterrestre, este tipo de fenómenos no son aconsejables. De acuerdo con los mensajes, apagar la consciencia de un individuo y tomar prestado su cuerpo físico en vida trasgrede los límites del protocolo de no intervención directa, un asunto que ya profundizaré más adelante. Cuando hablo aquí de canalizar, me refiero a la capacidad de recibir e integrar información desde distintas fuentes, no necesariamente una comunicación con un emisor extraterrestre o espiritual, sino con la información en sí, que puede estar impregnada en distintos planos de realidad —Edgar Cayce, el “profeta durmiente”, es un buen ejemplo—. Esa información puede hallarse en lugares especiales de la Tierra, en donde se esconden, según viejas tradiciones, puertas hacia una suerte de archivo no físico de datos ―llamado por los místicos registro akásico―; e incluso esta forma de canalización puede conectar directamente con lo más profundo y desconocido de nuestro subconsciente, aunque finalmente lo interpretemos como un mensaje exterior. Por ello, es muy importante el análisis objetivo del mensaje recibido para discernir qué es y de dónde procede.
1 Out on a limb, Shirley McLaine, Bantam Books, Nueva York, 1983.
2 El material de Seth, Jane Roberts, New Awareness Network, 2008.