Hacía muchos años que no visitaba al “guardián pétreo”: un monolito volcánico de doscientos ochenta y ocho metros de altura –emplazado a unos dos mil quinientos metros de elevación–, que resalta en el hermoso estado mexicano de Querétaro. Diversas circunstancias, sumadas a la afinada intuición de mi amiga Déborah Mabama –principal organizadora de mis talleres en México–, nos llevaron a este auténtico lugar de contacto. Alrededor de tres horas nos tomó llegar desde el aeropuerto de la Ciudad de México. Ver como luce la peña en el paisaje, gallarda y altiva, cuando ingresábamos al Municipio de Ezequiel Montes, me produjo una especial sensación en el pecho. No era solo la postal que contemplaban mis ojos. Era ese “algo más” que atesoran los santuarios naturales de la Tierra.

Aunque, como ya dije, había visitado Peña de Bernal tiempo atrás, esta sería la primera ocasión en que realizaría allí un taller para un grupo de lectores de mis libros. Unas ochenta personas nos congregamos en un hermoso predio que rentamos al pie del monolito. Era mágico compartir en ese escenario los temas que investigamos y desarrollar prácticas holísticas de resonancia basadas en la meditación (abajo, una imagen del taller).

 

El mensaje en el nodo

La peña ha sido marcada en mensajes de origen extraterrestre como un lugar idóneo de contacto. No en vano, el monolito fue considerado desde tiempos ancestrales como un punto sagrado, desfilando a sus pies distintas culturas prehispánicas que lo supieron, como los denominados chichimecas, un conjunto de pueblos que habitaron el Bajío, occidente y norte actual de México. Sin embargo, hay sospechas de culturas aún más antiguas que rodearon y amaron este monolito que tiene, como mínimo, unos diez millones de años. Y es que Peña de Bernal se formó a raíz de un volcán que dejó de estar activo, solidificándose su lava interior y quedando expuesto, a capricho de la erosión y el tiempo, el magma sólido. Un verdadero monumento telúrico. Un fenómeno no muy diferente al célebre “Cerro Piramidal” o “Mogote Negro” de Talampaya, en Argentina. 

Y al igual que Talampaya y sus conocidos petroglifos, Peña de Bernal posee sus marcas y señales del paso de culturas que veneraron el lugar como un santuario de los dioses. Abajo comparto dos extraordinarias imágenes, cortesía de nuestra amiga María Pintos, que participó de nuestro taller.

Por si todo ello fuera poco, diversos estudiosos se han fijado en un dato peculiar del pueblo de Peña de Bernal: posee la población más longeva de México. Los ancianos dicen que esto se debe al agua y a la influencia espiritual del monolito...

Así, pues, aprovechamos este lugar de contacto para intentar una comunicación. Comparto aquí la psicografía que recibí, que fue respalda con un avistamiento que muchos pudimos observar en el preciso instante del contacto:

 

Peña de Bernal, México.

15 de febrero de 2020. 20:00 hs.

Sí, Ivika, escribe.

México tiene un importante rol en el desarrollo de la espiritualidad humana: una característica que identifica al ser consciente de la Tierra, aquel que intuye su origen cósmico, su conexión con otras formas de vida en el universo. 

Ciertamente hay procesos de prueba, de grandes lecciones, que conducen a una comprensión mayor de las tareas. Del devenir. Y este es el proceso que está siguiendo México. Esta región del planeta superará la violencia y la división para luego enseñar a la humanidad. Y es que una vez vencidos los momentos de confusión y pesar, surge el resplandor que todo lo aclara. Lo expresamos así, en estos términos simbólicos, para que puedan comprender que este proceso será superado.

Los elementos, y la propia tierra de México, volverán a hablar como señal de importantes cambios. Entre julio y septiembre estén atentos, habrá actividad en sus cielos.

Peña de Bernal es un buen lugar para comunicarnos. Pueden volver aquí. Convocar aquí (en ese instante tuve una visión, en donde Ivika me mostraba la realización de gran encuentro en este lugar, en 2021).

El monolito encierra antiguos cultos sagrados, más allá en el tiempo de lo que estiman sus historiadores. Dentro de la roca hay un tesoro, un conocimiento, que conocieron los guardianes del lugar; está relacionado a la veneración del agua, el respeto hacia este vehículo del espíritu cósmico, aquella fuerza que llamamos Minius. Mas hay otros santuarios de poder en México y en el mundo que gradualmente irán revelando su mensaje.

A las personas que están aquí reunidas, también las escuchamos. En lo que podamos asistir lo haremos. Desde luego que pueden preguntar. En sus momentos de silencio, en conexión, como ahora lo están haciendo, podemos comunicarnos, incluso a través de sus sueños, en donde también transmitimos mensajes. Pero tengan en cuenta que no debemos, ni podemos, responder todo. Hay misterios que deben ser revelados por ustedes mismos en el ejercicio de la búsqueda y el discernimiento.

La sintonía que han logrado les ha permitido recibir un “abrazo magnético” del monolito. Luego lo sabrán interpretar. Es un conocimiento. Una visión. Una “semilla” para crecer y continuar.

Ivika

 

El mensaje me había quedado claro. Los seres que están en contacto con nosotros nos indicaban un encuentro mundial en Peña de Bernal. Es el momento de México.

Posteriormente, Ivika nos hizo comprender la fecha del encuentro: 19, 20 y 21 de marzo de 2021. El cierre, en el equinoccio, será un momento poderoso que nos permitirá unirnos a distintos grupos espirituales que suelen concentrarse cada año en esa región y en esa fecha especial. Peña de Bernal quiere compartir algo. Parece que ha llegado el momento.

Este breve artículo es una invitación. Estén atentos…