La historia de objetos mágicos o sobrenaturales que estuvieron en manos de antiguas civilizaciones es un tema muy atractivo, un misterio seductor, pero al mismo tiempo peligroso. Tal como ocurrió con la búsqueda del Arca de la Alianza o el Grial, el afán por hallar el Disco Solar o la piedra verde de los Andes es una trampa que muchos exploradores no han sabido sortear. El espíritu y mensaje que rodea a esas sagradas reliquias es, desde luego, otro. No se trata de buscar el oro de los Incas o el poder que encierran esos objetos, sino de entender su importancia dentro de un contexto místico en el cual se movían los PADRES FUNDADORES DEL IMPERIO DEL SOL.
La información de los Discos Solares fue recibida originalmente por Ricardo González Corpancho en 2001. Este artículo fue escrito a fines del año 2004 y ha sido actualizado para este sitio web.
Un objeto de poder
El Disco Solar inca, sostiene la tradición andina, resumía un culto ancestral que es anterior a todo cálculo que involucre al Tawantinsuyo. Por ello se le veneraba en el Templo de Oro del Qoricancha. Más allá de haber sido centro de algún tipo de culto religioso, aquella herramienta encerraba un poder sobrenatural que los españoles no llegaron a conocer. Sólo les interesaba el oro. Y de hecho saquearon todo cuanto hallaron en el Qoricancha, llegando a fundir las hermosas piezas de oro para ser llevadas a Europa como parte de su botín. Algunos autores especularon que ese fue el destino final del disco. Sin embargo hay otras versiones.
Los cronistas relatan que el Disco Solar, como representación de Punchao, el Sol que amaban los incas, se hallaba en el testero del Qoricancha hasta que Francisco Pizarro y sus conquistadores entraron en el templo. Como parte del reparto del abundante botín, se cuenta que le tocó a Mancio Sierra de Leguízamo el inmenso disco de oro.Los españoles lo usaban de mesa para el juego. Se dice que aquel soldado, jugador empedernido, habría perdido esa misma noche el disco en una apuesta en medio de una borrachera… Luego, no se sabe qué sucedió con la pieza. Algunas historias aseguran que fue fundida. Y otras sostienen que el disco yace en el fondo del mar, dentro del hundido galeón español que pretendía llevarlo a Europa.
Pero hay ora versión que nos interesa, avalada por los maestros de los Andes.
Esta versión asegura que el disco que hallaron los españoles era tan solo una réplica de oro, y que el disco original habría sido llevado, en secreto, hacia un lugar seguro. La misión habría sido llevada a cabo por el legendario Choque Auqui, "el príncipe dorado".
Arriba: un Intihuatana o "reloj solar" aún permanece vivo al interior del Qoricancha, Cusco, Perú.
Choque Auqui, hermano secreto del inca Atahualpa, era un guerrero e iniciado solar, que supo leer lo que significaba el arribo de los españoles. Rápidamente organizó una expedición al Antisuyo -la selva sur oriental del Perú, donde nace el Sol- para poner a salvo el disco dorado y otras reliquias del Imperio. Se cuenta que no partió solo: fue acompañado de varios maestros (Amautas), archiveros (Quipucamayocs), sacerdotes (Willajs), vírgenes del sol (Ajillas), nobles (Orejones) y algunos guerreros. Supuestamente, Choque Auqui habría fundado en la selva la ciudad de Paititi, irguiéndose como nuevo Inca en la clandestinidad. Esto ocurría en 1533.
Pero, de acuerdo a nuestras investigaciones, Choque Auqui no se dirigió a la selva para construir un refugio en donde guardar los tesoros del Imperio, sino que procuraba ponerse a salvo en el santuario de sus maestros invisibles: los Paco Pacuris. Ello ya lo veremos.
El Disco Solar, pues, era una herramienta de poder de antiguas y desconocidas civilizaciones que estuvo un tiempo en manos de los incas. Actualmente, de acuerdo a los chamanes andinos, como los nativos Q`eros de Paucartambo, el disco se halla con sus legítimos custodios en el santuario subterráneo de Paititi.
Pero debo mencionar que en esta fabulosa historia hay una aparente contradicción. Mientras, por un lado, hallamos suficientes indicios del gran Disco Solar en el Qoricancha y su posterior viaje al Paititi, hay otras tradiciones orales andinas que ubican la herramienta de poder en un templo bajo las aguas del lago Titicaca. ¿Cómo se explica esto?
De acuerdo a lo que he podido investigar, el Disco Solar se encontraba originalmente en el altiplano. Para ser más preciso, en Tiahuanaco. Cuando la ciudad de piedra se vio asediada, el disco fue encerrado en una galería subterránea y los descendientes de su gran sacerdote, el gigante Huyustus, viajaron a Cusco para fundar un nuevo Imperio a través de un gran túnel que partía desde la Isla del Sol. Luego, algunos relatos andinos sostienen que Manco Cápac -el primer Inca de la Segunda Dinastía- en agonía de muerte le confió la historia del Disco Solar a su sucesor, su hijo Sinchi Roca.
Sinchi Roca significa en quechua “guerrero magnífico”. Su misión era extender el Imperio del Sol, tarea que, según la historia oficial, no logró con éxito. Sin embargo, la leyenda cuenta que luego de velar a su padre y momificarlo en el Qoricancha, partió con una expedición al lago Titicaca para traer consigo el Disco Solar al Cusco y ponerlo en el Templo al lado de la momia de su padre. Aquella momia, durante el reinado del Inca Pachacutec, habría sido trasladada al Templo de la Isla del Sol, a mediados del Siglo XV, pero el Disco Solar permanecería en el Qoricancha hasta el arribo de Pizarro.
Las informaciones que hemos obtenido en nuestras experiencias de contacto corroboran esta "ruta" del Disco Solar.
En la actualidad, en el Cusco se tiene como emblema la imagen del Sol dorado en representación del objeto de poder que se hallaba en el Qoricancha, aunque no todos son concientes del significado real de ese símbolo. Lo poco que se conoce es que el diseño actual del “Escudo del Cusco” responde a una descripción del Disco Solar que se hallaba en una lámina de oro del Poqen Kancha, la pinacoteca cusqueña donde se registraba la historia de los incas. Al menos, es una pista. Del Disco Solar original existe una pequeña representación de origen prehispánico que terminó a parar en el “Museo del Indio Americano”, en la sede de Washington DC. El famoso diseño del Disco Solar es llamado equivocadamente “Sol de Echenique” -ya que la pieza fue obsequiada al presidente Rufino Echenique, en 1863-. Así, esta imagen ha sido empleada como emblema por la Municipalidad del Cusco. Fue por decisión del burgomaestre Daniel Estrada. Más tarde, una hermosa reproducción fue mandada colocar en el vestíbulo principal del Museo de la Nación de Lima por Fernando Cabieses, su primer director. La figura del disco ha tomado gran importancia en el Perú. Sin embargo aún no se comprende qué significa.
Arriba: representación del Disco Solar. El 19 de junio de 2021 la pequeña pieza prehispánica, inspirada en el disco mayor de acuerdo a nuestras investigaciones, fue restituida al Perú.
Algunos autores suponen que el emblema representa a la figura del Sol “en conexión con las fases de la Luna”. ¿Los símbolos del Disco Solar representan alguna coordenada astronómica? De hecho, en el Qoricancha había tres figuras representando al Sol del amanecer, del mediodía y del atardecer. Es posible que el escudo del Cusco sea una copia del tercero por su relación con la Luna. Pero no se trata de la figura espectacular, que esgrimía rayos y otras figuras, y que resaltaba en el altar central del Qoricancha. En ese antiguo santuario del disco se colocaban los wayqes o “imágenes” en oro de los incas, como si fuesen sus invisibles protectores. El ambiente tiene que haber sido solemne y especialmente sagrado.
Como fuese, algunos piensan que el escudo del Cusco no es la imagen del verdadero Disco Solar, sino de otro objeto religioso vinculado a él. En verdad, nadie lo sabe. Pero no hay duda de que algunos de los ideogramas o figuras que se ven en la representación actual del disco son sospechosamente similares a determinados símbolos que nos conectan con la leyenda.
Lo cierto es que el Gran Disco Solar ya no está más en el Cusco. Sólo se puede sentir su energía en todos los lugares donde físicamente se halló, como cuando una persona pierde un brazo y en una fotografía Kirlian el miembro sigue apareciendo “espiritualmente”. Es en el Antisuyo incaico, en la selva del Manú, donde reposa en la actualidad. Pero no es el único disco...
La Red del Tiempo
Advierto que la historia que compartiré a continuación parece ridícula y febril. Sin embargo, de ser cierto todo cuanto recibimos en nuestra experiencia de contacto estaríamos ante una revelación extraordinaria y poderosa: en una época antigua el hombre de la Tierra desarrolló capacidades interdimensionales que logró "corporizar" en imposibles objetos de poder. Era un ser humano que vivía en conexión consigo mismo y el planeta.
El escenario de esta historia se desarrolla en un lugar llamado Lemuria, antigua cuna de la raza humana, un mundo perdido que se hallaba entre las costas sur orientales de África y Madagascar, en el actual océano Índico. Allí, en un tiempo lejano, se habría construido un disco gigante de oro en aleación con otros metales y vibraciones para conectar a la Tierra con la matrix del multiverso. Veamos de qué se trata.
En la experiencia de contacto del 24 de febrero del 2001, que afronté en el desierto peruano de Chilca, se nos había dicho:
“Paititi es el retiro interior más importante de Sudamérica, pues está activo y custodiando una de las herramientas más trascendentales de ascenso interdimensional para el planeta: el Disco Solar. Es el Disco Cósmico que fuese elaborado premeditadamente para este tiempo, cuando la Alianza decidió establecer una base permanente en la Tierra. Por ello irán en su momento al lugar en donde todo empezó, el desierto de Gobi, y comprender allí el último eslabón que los une con el Plan Cósmico.
No obstante, el disco que protegen los guardianes del Paititi no es el único. Existen otros doce discos repartidos en el planeta, custodiados en distintos retiros interiores. Todos esos discos están interconectados. Y cuando el Disco Solar del Paititi sea activado logrará una reacción en cadena con los otros discos, formando una red de energía que ayudará al planeta Tierra en su salto cósmico, la reconexión con el Real Tiempo del Universo”.
Extraído del “Informe Celea”, publicado posteriormente en “El Legado Cósmico” (Cecosami, edición 2002, Lima)
En aquella experiencia consulté cuándo ocurriría la activación de esta red. La respuesta fue: “Cuando estén listos. Y aquel momento deberá coincidir con un evento cósmico: la sincronía entre el Sol de este Sistema y el Sol Central de la Galaxia”. El mensaje parecía aludir a ciertas interpretaciones de las profecías mayas, vinculadas a un cambio de ciclo para el año 2012, un momento que sería clave e histórico para la humanidad.
Como sabemos, las antiguas civilizaciones de Mesoamérica calcularon complejos tránsitos cósmicos y planetarios a través de avanzadas matemáticas, creando diversos calendarios para comprender el tiempo y su influencia en los eventos humanos. Su famosa “cuenta larga”, de 5.125 años (que se inició en el año 3.113 A.C.) culmina el 21 de diciembre de 2012. Desde luego, ello no quiere decir que el mundo se va a acabar o destruir en esa fecha, como aseguran los catastrofistas, sino que a partir de esa coordenada nuestra humanidad se transformaría, avanzando hacia el “gran test” o evaluación total. Como parte de este cambio gradual, de acuerdo a ciertas investigaciones del concepto Hunab Ku de los mayas, la Tierra recibirá una gran cantidad de energía procedente del núcleo galáctico. Es una interpretación esotérica, hay que decirlo, no contrastada con lo que se habla en círculos académicos sobre la cultura maya. Pero sí es cierto que el núcleo de la galaxia está muy activo y su radiación puede viajar hasta nosotros. Este fenómeno ha sido verificado por la NASA a través del telescopio Chandra. ¿Cómo se conecta todo esto con el enigma de los discos solares y los mensajes de origen extraterrestre? Sin duda hay una poderosa radiación que proviene del centro de nuestra galaxia -en donde se cree reside un agujero negro súper masivo- que podría ser la causante de las “anomalías” que muestra el Sol y su incidencia en el campo magnético de la Tierra. Todo ello lo he tratado detalladamente en mi libro “Después del 2012” (publicado en el año 2010). En ese ensayo de investigación también advertía que eran erróneas las interpretaciones místicas que señalaban el 21 de diciembre de 2012 como el paso de la humanidad hacia una "cuarta dimensión". Ese concepto está muy arraigado en el contactismo y el esoterismo: en algún momento nuestra especie y el planeta entero "ascenderán de nivel", luego de haber superado un secuencia de pruebas y aprendizajes. Esa conexión con la cuarta dimensión (el tiempo en física) es denominada por los extraterrestres "Real Tiempo del Universo". Es otro concepto simbólico, pero que encierra un similar mensaje: el salto hacia otro nivel de consciencia que nos conecta con multiples realidades del Multiverso.
Como ya lo he dicho en tantas ocasiones, en 2012 solo empezó un nuevo ciclo, conocido como el Baktún 14: cuatrocientos años de tránsito ó 144.000 días.
De acuerdo a nuestras informaciones, el Disco Solar de Paititi con los otros doce discos que se encontrarían en una ubicación estratégica formarían una red o “columna vertebral planetaria” que sostendría energéticamente la Tierra en su conexión gradual con ese plano superior del universo. Es decir, desde fines del 2012 hacia el año 2407.
Desde que recibimos estas extraordinarias informaciones en el año 2001 -archivo que completamos, finalmente, a fines del año 2004- diversos grupos de contacto a escala mundial se sintieron llamados a investigar el enigma de los Discos Solares.
Estas herramientas están ubicadas en un orden de frecuencia y vibración, no necesariamente geográfico. Su emplazamiento coincide con diversos lugares de contacto en las Américas y la Península Antártica.
He aquí la lista de los discos y sus “nombres” o "tonos", tal y como nos fue dado originalmente:
1. Monte Shasta, Estados Unidos: Emanashi
2. Valle Siete Luminarias, México: Sipenbó
3. Ciudad Blanca, Honduras: Aromane
4. Guatavita, Colombia: Xemancó
5. Roraima, Venezuela: Urinam
6. Cueva de los Tayos, Ecuador: Jasintah
7. Paititi, Perú: Ilumana
8. Lago Titicaca, Bolivia: Demayón
9. Licancabur, Chile: Ramayah
10. Talampaya, Argentina: Mitakunah
11. Sierra del Roncador, Brasil: Omsarah
12. Aurora, Uruguay: Ulimen
13. Antártica, Chile/Argentina: Ion
Los “nombres” de los discos recuerdan los misteriosos mantras en Irdin o Kulkán Cósmico, empleados por grupos de contacto en los Estados Unidos en la década de los años cincuenta y retomados en Sudamérica en los años ochenta. Se pueden cantar individualmente, pero el propósito real es pronunciar los trece nombres como si se tratase de un solo mantra. La energía que se genera con ello es extraordinaria y permite un sólido enlace con la denominada Red del Tiempo.
Muchas veces me han preguntado por qué no hay más discos en otras partes del mundo, o por qué esta “red” está concentrada en las Américas principalmente. Desde luego, supimos de la existencia de otros objetos de poder en todo el globo, aunque con propósitos diferentes y orígenes distintos.
El 9 de enero de 2005, durante un encuentro internacional de grupos de contacto en Capilla del Monte (Córdoba, Argentina) se recibió esta información a través de una recepción telepática simultánea:
“…La Red del Tiempo está constituida, como se les reveló, por aquellos doce discos y la herramienta de poder de Paititi que los armoniza. Los otros discos que han percibido fueron en su momento instrumentos de poder de antiguas civilizaciones desaparecidas, ajenos a esta Red del Tiempo.
La Red del Tiempo se halla en la franja americana, como constataron, desde Mount Shasta hasta la Antártida, siguiendo una estrategia energética que procura apoyar al planeta en su ascenso desde los lugares donde las energías planetarias y los retiros interiores se hallan activos. El origen de aquellos discos está en el lugar que denominan Lemuria, y el destino de su aporte las estrellas que brillan en el "Real Tiempo" del Universo...” (Oxalc).
Más tarde, el 12 de noviembre de ese mismo año, un nuevo mensaje recibido en Ecuador añadió:
“En las próximas expediciones que realicen comprenderán con mayor claridad el rol que desempeñan los discos solares de poder. Como ya les hemos transmitido en anteriores mensajes, además de los trece discos que se hallan ubicados en las Américas y Antártida, conformando así la “Red del Tiempo”, existen otros discos en diferentes áreas del mundo que funcionan como “espejos” de esta columna vertebral. También les hemos dicho que la Red del Tiempo fue ubicada de esta forma por cuanto en su disposición se hallan los puntos de contacto más activos de la Tierra, además que la energía de activación planetaria está siendo encendida en este sector como otrora ocurrió en oriente (Anillo de Fuego). Los discos que se encuentran ubicados fuera de esta disposición también son importantes, pues reflejarán la energía de la Red del Tiempo a todo el globo y al Cosmos cuando se produzca la sincronicidad de 2012. Sólo en ese momento los discos serán totalmente alineados. (Antarel y Sampiac).
Estos mensajes resultaron muy interesantes. Los iniciados de Asia saben muy bien que la energía de las Américas se halla activa como en ninguna parte del mundo. Es lo que algunos místicos denominan el traslado de la “kundalini de la Tierra”, que en otros tiempos tenía su base en los Himalayas y hoy en día florece en los Andes. Pero no solo por ello los discos que son parte de la “Red del Tiempo” se encuentran ubicados en esta región del mundo, especialmente América del Sur. Como dicen los mensajes, todo esto sigue una “estrategia energética” que procura apoyar el tránsito del planeta en su transformación. Ello está conectado con los cambios de la magnetosfera terrestre -probablemente debido al comportamiento actual del Sol por las radiaciones del centro galáctico- que podría ofrecer una explicación complementaria para los desequilibrios climáticos que hoy por hoy estamos enfrentando. No es una cosa para tomarla a la ligera. Si la Tierra sigue perdiendo su campo magnético podríamos vivir una “inversión magnética” con todas las consecuencias que esto involucra. La NASA lo empezó a tomar en cuenta cuando sus naves espaciales experimentaron un sinnúmero de anomalías sobre los cielos de América del Sur por la debilidad local de la magnetosfera. Actualmente se habla de una “grieta” gigante en esa zona, la denominada "Anomalía del Atlántico Sur". La misma zona en donde se encuentran la mayoría de los discos solares…
Arriba: la mayoría de los discos solares se encuentra en América del Sur. En la imagen de la derecha, el informe de la NASA con las anomalías magnéticas sobre el continente. La concentración de puntos amarillos grafica la intensidad del problema que enfrentaron sus vehículos espaciales.
La Anomalía del Atlántico Sur es una región en donde los cinturones de radiación de Van Allen se encuentran a unos cientos de kilómetros de la superficie terrestre. Como resultado en esa región la intensidad de radiación es más alta que en otras regiones. La AAS (Anomalía del Atlántico Sur) SAA (acrónimo en inglés) es producida por una "depresión" en el campo magnético de la tierra en esa zona, ocasionada por el hecho de que el centro del campo magnético de la tierra esta desviado de su centro geográfico en 450 km. Algunos piensan que dicha anomalía es un efecto secundario de una reversión Geomagnética.
La "anomalía del Atlántico Sur" es de gran importancia para los satélites y otras naves espaciales que orbitan a cientos de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de 35° y 60°, ya que estas órbitas llevan a estos satélites a través de la anomalía de manera periódica, exponiéndolos durante varios minutos a una fuerte radiación.
Lo que no se difunde en los medios oficiales es que no se trata solo de una “depresión” magnética. Este fenómeno no sólo afecta el equilibrio climático, sino también la vida biológica y el comportamiento de los seres humanos.
¿Será posible que los discos solares encarnen una ayuda “magnética” para enfrentar estas "anomalías"?
La historia de los Discos Solares
Pero esta historia no es reciente. Como ya dije, todo habría empezado hace miles de años atrás, en un tiempo perdido anterior a las más grandes civilizaciones que el hombre recuerde.
A continuación, trascribo una síntesis de la información que hemos reunido en nuestras expediciones y experiencias de contacto y que publicamos por primera vez en mayo de 2005:
"Hace decenas de miles de años, en una época perdida, cuando el hombre originario del planeta caminaba erguido sobre tierras hoy sumergidas, frente a las costas sur orientales de África —en el actual océano Índico— se produjo la aparición del “primer disco”. Los antiguos hombres de Lemuria habían comprendido que la Tierra se hallaba viviendo en una “realidad paralela”, desfasada del Multiverso. Sabían que en algún momento se produciría la reconexión, así que decidieron colaborar en tal tarea, lo cual les llevó a diseñar una herramienta de poder, construida con elementos del planeta, para orientar la ruta cósmica al "Tiempo Real".
Los humanos de aquel entonces contaron con la ayuda de unas pequeñas y bondadosas criaturas del intramundo, conocidas por nosotros con el nombre de “Sunkies”. Estos seres -que descubrimos físicamente en la expedición a la Cueva de los Tayos del año 2002- en aquellos tiempos proveyeron al hombre de Lemuria de los elementos necesarios para construir un gigantesco disco. Una herramienta poderosa capaz de “leer” al universo invisible. Sin embargo, cuando los observadores extraterrestres (seres espaciales muy evolucionados; su misión era seguir el proceso de crecimiento de la humanidad como parte de una gran agenda cósmica) volvieron a la Tierra y constataron que se había construido esta herramienta, decidieron poner fin al proyecto lemuriano por considerarlo peligroso y excesivamente temprano para el proceso terrestre. Además, los científicos extraterrestres no registraron cómo el hombre de Lemuria pudo hacer cosa semejante —puesto que los visitantes, eventualmente, se ausentaban al salir y entrar en nuestro tiempo—, conocimiento que podría ser muy importante para el aprendizaje extraterrestre.
Entonces, los observadores extraterrestres decidieron dividir en doce partes aquel disco, escondiéndolas en lugares secretos del mundo. No obstante a ello, con el tiempo, los visitantes estelares llegaron a comprender la visión de los lemurianos. Ello les empujó a reactivar el portento que se construyó originalmente y que ahora se hallaba separado en las doce piezas, que serán transformadas en pequeños discos de poder para ser entregadas más tarde a los guardianes de los puntos de contacto.
Luego a todo ello, la denominada "Alianza" encargó a los fundadores del retiro mayor en el desierto de Gobi la construcción de un disco matriz que pudiera ensamblar magnéticamente todos los discos. De esta forma se elaboró una poderosa herramienta cósmica, una verdadera llave que conocemos como “El Gran Disco Solar”, elemento que en la actualidad se encuentra custodiado y protegido en el santuario intraterrestre del Paititi. Los otros doce discos, también vigilados por los guardianes, fueron ubicados en lugares estratégicos".
Debo añadir que, de acuerdo a nuestras investigaciones, hay cualidades muy especiales en esos discos, como el hecho de que parecen ser inteligentes o tener “vida propia”, al punto de poder interactuar y comunicarse. Además, se pueden proyectar hacia diferentes lugares ajenos a su emplazamiento principal, como si se estuviesen “bislocando”.
Arriba: el lago Titicaca también posee un disco de poder. La historia andina del traslado del Disco Solar desde el altiplano al Qoricancha en Cusco, y de allí al Paititi luego de la conquista española, produjo gran confusión en diversos investigadores.
Debo decir que nuestro trabajo con los Discos Solares disparó un avasallante interés en el mundo esotérico y del contactismo. Tal fue el impacto que diversos grupos planificaron viajes a los centros que habíamos investigado, viviendo grandes experiencias y, en otros casos, recibiendo nuevos datos que no siempre coincidían con la información original. Hoy se habla de distintas “redes” de discos, se ha cambiado su ubicación por otras y, por si ello fuera poco, se emplean también diferentes mantras. La confusión fue irrefrenable.
En un principio me sentí culpable por haber publicado abiertamente estas extraordinarias informaciones en mi sitio web. Lo menos que hubiese deseado es generar una locura en pos de los discos. Más que todo porque el verdadero objetivo de nuestro trabajo no son esas herramientas de poder, sino el despertar de consciencia. Si uno se concentra solo en lo exterior terminará confundiéndose y confundiendo a los demás. La existencia de estos objetos tiene su sentido, pero no debe alejarnos de lo más importante.
Grupos místicos de varios países (entre ellos, los vinculados al escritor esotérico brasilero Trigueirinho), se han hecho eco de estas informaciones que recibí originalmente en Perú. Con mucho respeto diré que debemos comprender la esencia de estas informaciones sin hacer de ellas un "culto", con "ritos" o "formas" que no tienen nada que ver con el mensaje simple y poderoso del cosmos. Tampoco está bien aprovechar este misterio para organizar paquetes de viajes esotéricos. Aquí es conveniente aclarar que nuestras expediciones de investigación siempre fueron financiadas -con mucho esfuerzo- con nuestros propios recursos.
Sea lo que sean los discos solares no hay que ir en caza de ellos.
El proceso hace años ha sido completado.
Y estos misterios lo único que procuran es activar nuestro Punchao interior.
Abrazo solar,
Ricardo González Corpancho
NOTA: Los trece tonos de los Discos Solares https://open.spotify.com/track/7joJLNlstAdTpY6sqjENVz?si=da9aaf43b2794631